La historia que os voy a contar, es la que tantas veces he contado a mi hija Clara, la historia del abuelo Félix, la historia de esta casa…
Mi padre Félix nació en uno de los pueblos con más encanto de Aragón, Sos del Rey Católico. Solía recordar como su padre, mi abuelo, al volver del servicio como Guardia Civil, dejaba sobre el mueble del recibidor el curioso tricornio que la gente solía llamar “sombrero de tres picos”, y dedicaba unos minutos de juego con su hijo: era el momento de olvidar la seriedad que su uniforme requería, para dedicarse con cariño al niño que tanto amaba. Años después, al padre del abuelo Félix le destinaron a tierras canarias, junto con toda su familia.
El niño estaba fascinado con la idea de conocer lo que los libros de la escuela describían como “un archipiélago afortunado“, con un clima primaveral todo el año, con la amabilidad que caracteriza a su gente y con cuantas historias de piratas y leyendas se inspiran en estas islas.